A veces yo

Miro por la ventana y contemplo la gente pasar. Sigo a las personas con los ojos, analizándolas por su forma de andar y por su aspecto. Intento imaginar su vida, la historia que les conduce a este lugar en este preciso momento. Juego a practicar y mejorar mis cualidades.

El frescor del olor de la calle despierta esa libertad, esa sensación de que absolutamente todo es posible.

A veces digo, es hora de empezar.

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